La contaminación de los ríos es la alteración o degradación del estado natural de estos cuerpos de agua por la introducción de sustancias químicas o elementos físicos que amenazan su equilibrio como ecosistema.
La contaminación de estos importantes ecosistemas amenaza la vida y la disponibilidad de agua dulce en el planeta. Los ríos y sus ecosistemas asociados nos aportan el agua potable necesaria para nuestra alimentación y para los procesos industriales, por lo tanto, son esenciales para el bienestar humano.
El agua dulce disponible en la Tierra es un recurso escaso. Solo el 2,5% del total de agua existente en el planeta es agua dulce. De ella, cerca del 70% se encuentra en forma de glaciares, mientras que el resto aparece en la forma de aguas subterráneas, lagos, ríos, humedad ambiental, entre otros.
En las últimas décadas se ha incrementado la demanda de agua dulce global debido al crecimiento poblacional y a los factores asociados, tales como la urbanización, la industrialización, el aumento de la producción, y el consumo de alimentos, bienes y servicios.
A pesar de la reconocida importancia de los ríos y de la escasez de fuentes de agua dulce, estos siguen siendo contaminados. Se estima que, a nivel mundial, cada día dos mil millones de toneladas de agua son contaminadas por dos millones de toneladas de desechos.
Índice del artículo
- 1 Causas de la contaminación de los ríos
- 1.1 Desechos urbanos
- 1.2 Desechos industriales
- 1.3 Minería y petróleo
- 1.4 Actividades agrícolas y pecuarias
- 2 Componentes contaminantes
- 2.1 Derivados del petróleo
- 2.2 Detergentes
- 2.3 Productos agrícolas y pecuarios
- 2.4 Metales pesados, metaloides y otros compuestos químicos
- 2.5 Materia orgánica y microorganismos de origen fecal
- 3 Efectos
- 3.1 Agua potable
- 3.2 Biodiversidad
- 3.3 Agua de riego
- 3.4 Turismo
- 4 ¿Cómo evitar la contaminación de ríos?
- 4.1 Acciones globales
- 4.2 Algunas acciones nacionales
- 4.3 Algunas acciones locales
- 5 Referencias
Causas de la contaminación de los ríos
La contaminación es un fenómeno de origen antropogénico que afecta de manera sistémica a los ríos y sus ecosistemas asociados. Así, las causas contaminantes de estos importantes cuerpos de agua deben ser interpretadas bajo un enfoque ecosistémico.
En un sentido estructural, las causas son generadas por patrones mundiales de uso, manejo y descarte del agua, asociados a modos de vida insostenibles que priorizan las variables económicas inmediatas sobre las variables ambientales y sociales.
Por ejemplo, se ha estimado que se necesitan cerca de 250 litros de agua para producir un kg de papel. En agricultura se requieren 1.500 y 800 litros para producir 1 kilogramo de trigo o de azúcar respectivamente. En metalurgia son necesarios 100.000 litros para producir 1 kilo de aluminio. ¿Puede la naturaleza suplir estas demandas?
En general, las causas que actúan sobre la contaminación de los ríos y otros ecosistemas lóticos pueden esquematizarse en:
- Directas, tales como elementos, actividades y factores que afectan directamente al agua.
- Indirectas, conformadas por un conjunto de factores que hacen posible, favorecen y magnifican el impacto de las causas directas.
Entre las causas directas se encuentran la falta de consciencia y educación sobre la amenaza de la contaminación de los ecosistemas, las debilidades en las legislaciones y de su implementación a diferentes escalas, la falta de ética, así como la inequidad social.
Desechos urbanos
La principal fuente de contaminación de los ríos son los desechos líquidos de los centros urbanos, debido a las aguas servidas/residuales no tratadas adecuadamente.
Además, las aguas de escorrentía superficial pueden llegar a los ríos arrastrando contaminantes como detergentes, aceites, grasas, plásticos y otros derivados del petróleo.
Desechos industriales
Los desechos industriales, bien sea sólidos, líquidos o gaseosos, son altamente contaminantes si no son debidamente tratados. Estos desechos pueden llegar a contaminar los ríos a través del sistema de aguas servidas/residuales de la industria.
Otro factor contaminante es la lluvia ácida que se produce como consecuencia de la emisión de óxidos de azufre y nitrógeno. Estos compuestos químicos reaccionan con el vapor de agua y derivan en ácidos que luego precipitan con la lluvia.
Minería y petróleo
Las actividades mineras y petroleras son las causas de contaminación más graves de los ríos. En la minería de oro a cielo abierto se destruye la capa vegetal, por lo que aumenta la erosión y la escorrentía.
También, el agua empleada para el lavado del material aluvial termina en los ríos causando una fuerte contaminación, incluyendo metales pesados.
Uno de los casos más graves de contaminación por minería ocurre cuando se utiliza mercurio o cianuro para la extracción de oro. Ambos compuestos son altamente tóxicos.
Actividades agrícolas y pecuarias
La agricultura moderna emplea gran cantidad de productos químicos, tales como biocidas para control de plagas y enfermedades o fertilizantes.
Estos productos químicos aplicados directamente al suelo o al follaje de los cultivos, terminan siendo lavados por el agua de riego o la lluvia en una alta proporción. Dependiendo del tipo de suelo, la topografía del terreno y nivel freático, estos contaminantes frecuentemente terminan en los ríos.
En algunos cultivos como el algodón, se aplican altas dosis de biocidas mediante aspersión aérea (avionetas de fumigación). En estos casos el viento puede ser un agente de transporte de estos productos químicos hasta los ríos.
Por otra parte, muchos biocidas no son fácilmente degradables, por lo que se mantienen largo tiempo contaminando las aguas y afectando a la biodiversidad.
Los fertilizantes afectan la potabilidad del agua, al incorporar altos niveles de nitrógeno, fósforo y potasio.
La ganadería intensiva, la avicultura y la porcicultura son fuentes de contaminación de ríos, principalmente por la acumulación de excrementos. La cría intensiva de porcinos es una actividad muy contaminante por el alto contenido de fósforo y nitrógeno de las excretas.
Componentes contaminantes
Derivados del petróleo
Los derrames petroleros son los eventos de contaminación más difíciles de remediar por la acumulación de la capa de petróleo sobre la superficie del agua y su eventual incorporación en los ecosistemas costeros, como manglares, marismas o pantanos. Esto trae como consecuencia la pérdida de potabilidad del agua, la muerte de numerosas especies acuáticas y la alteración de los ecosistemas.
Los hidrocarburos y metales pesados contenidos en el petróleo dañan a los peces y otras especies animales y vegetales que forman parte de los ecosistemas de los ríos. Estos daños pueden ser crónicos (a largo plazo) o agudos (a corto plazo), pudiendo incluir la muerte.
Los derrames de petróleo pesado rico en asfaltenos son muy problemáticos. Los asfaltenos se acumulan en el tejido adiposo de los animales y generan biacumulación.
Detergentes
Los detergentes no son fácilmente biodegradables, por lo que es difícil eliminarlos del medio acuático. Además, contienen compuestos tensoactivos que dificultan la solubilidad del oxígeno en el agua, por lo que producen la muerte de la fauna acuática.
Productos agrícolas y pecuarios
Entre los productos de uso agrícola que pueden contaminar los ríos están los biocidas (herbicidas, insecticidas, raticidas y acaricidas) y los fertilizantes (orgánicos e inorgánicos). Entre los más problemáticos se encuentran los pesticidas clorados y los fertilizantes nitrogenados y fosforados.
Los purinos (cualquier residuo orgánico con capacidad de fermentar) que se generan por la actividad agrícola y pecuaria son agentes contaminantes de los ríos cercanos. Entre los más contaminantes y abundantes se encuentran los excrementos producidos por animales de cría.
Metales pesados, metaloides y otros compuestos químicos
Los compuestos químicos provenientes de actividades industriales y mineras son contaminantes altamente tóxicos. Entre ellos destacan distintos metales pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio, el zinc, el cobre y el arsénico.
Igualmente hay metales más ligeros como el aluminio y el berilio que son altamente contaminantes. Otros elementos no metálicos, como el selenio, también pueden llegar a los ríos por derrames de actividades mineras o industriales.
Los metaloides como el arsénico o el antimonio son fuente de contaminación de los ríos. Los mismos provienen de la aplicación de plaguicidas y de las aguas residuales urbanas e industriales.
Materia orgánica y microorganismos de origen fecal
Diversas especies de bacterias, protozoos y virus causantes de enfermedades llegan al agua de los ríos. La vía de llegada son los residuos domésticos y explotaciones pecuarias sin tratamiento de aguas residuales, que son vertidos directamente a los cauces.
La acumulación de estos microorganismos en el agua puede causar enfermedades de distinta gravedad.
Efectos
Agua potable
Los ríos son una fuente importante de agua potable tanto para el ser humano como para la fauna. Igualmente, en muchos casos aportan el agua requerida para las actividades agrícolas y pecuarias.
La contaminación de los ríos inhabilita el agua para el consumo humano o de otros animales y en casos extremos la hace igualmente inútil para agua de riego. Además, la presencia de microorganismos patógenos de origen fecal favorece la propagación de enfermedades.
Biodiversidad
La contaminación de las aguas causa la desaparición de especies en los ecosistemas riparinos. Pueden desaparecer tanto especies acuáticas como ribereñas, así como animales que consumen aguas de los ríos contaminados.
Agua de riego
Las aguas de ríos contaminados con aguas urbanas no tratadas o provenientes de explotaciones de cría animal no son aptas para riego. Igualmente ocurre con el agua de ríos cercanos a explotaciones mineras o zonas industriales.
Si se utilizan aguas contaminadas para el riego, las heces fecales y compuestos tóxicos u organismos patógenos pueden depositarse en la epidermis de las plantas o ser absorbidos por las raíces. Los productos agrícolas contaminados se convierten en un riesgo para la salud si son consumidos por los seres humanos.
Turismo
Los ríos y los ecosistemas asociados pueden ser zonas turísticas de importancia económica para los pobladores. La contaminación de estos disminuye su valor y acarrea pérdidas económicas.
Los ríos contaminados pueden constituir un riesgo para la salud, por presencia de microorganismos patógenos o desechos tóxicos. Además, pierde su valor escénico particularmente por la acumulación de desechos sólidos.
¿Cómo evitar la contaminación de ríos?
Acciones globales
La reducción de la contaminación de los ecosistemas de agua corriente superficial es una meta mundial que solo puede ser alcanzada si se logra cambiar de forma estructural los patrones mundiales de uso, manejo y descarte del agua asociados a modos de vida insostenibles.
En un sentido general, deben fortalecerse las legislaciones a todos los niveles para la protección ambiental. Además debe fomentarse una educación que además de generar consciencia, construya los valores de respeto a la naturaleza.
Algunas acciones nacionales
Legislación
Se requiere un ordenamiento jurídico estricto para la protección de los ríos que logre minimizar los daños por contaminación.
Uno de los aspectos de mayor importancia que debe regularse es el tratamiento de las aguas servidas. Otro aspecto de interés en la legislación es regular las actividades que pueden realizarse en las riberas y en la franja de protección de los cursos de agua.
Investigación
Los ríos conforman cuencas, que son áreas extensas cuyos drenajes naturales o artificiales confluyen en una red tributaria de un río principal. Por lo tanto, son sistemas complejos que deben ser estudiados para proponer planes de manejo.
Es necesario monitorear permanente la calidad del agua y el funcionamiento del ecosistema.
Conservación de la vegetación ribereña
La vegetación ribereña participa en el ciclaje de nutrientes, en el saneamiento ambiental y mitiga los efectos del cambio climático. Por tanto, es importante promover su conservación y protección.
Algunas acciones locales
Plantas de tratamiento
La principal fuente de contaminación de los ríos son las aguas servidas de centros urbanos e industriales. Para mitigar sus efectos es necesario el adecuado tratamiento de las aguas contaminadas a través de la instalación de plantas de tratamiento.
Las plantas de tratamiento emplean diversos sistemas dependiendo de la naturaleza de los contaminantes. Entre estos destacan la decantación de desechos sólidos, el filtrado del agua, tratamiento químico descontaminante y la biorremediación.
Prácticas de remediación
Una vez ocurrida la contaminación de un río se deben tomar medidas de remediación. Estas medidas varían dependiendo del tipo de contaminante.
Una de estas medidas es la limpieza mecánica. Para esto, se realiza la extracción de desechos sólidos arrojados a los ríos empleando maquinaria de dragado y equipos de recolección.
Otra de las prácticas más comunes es la fitorremediación. Se utilizan algunas especies de plantas que son eficientes en la extracción de metales pesados de ríos contaminados. Por ejemplo, Eichhornia crassipes (lirio de agua) se ha empleado para absorber el cadmio y el cobre. Igualmente, el simbiosistema Azolla-Anabaena azollae es empleado para la biorremediación de ríos contaminados con arsénico y otros metaloides.
Algunas especies de bacterias y ciertos derivados de hongos son empleados para la degradación de compuestos contaminantes en los ríos (biodegradación). Especies de bacterias de los géneros Acinetobacter, Pseudomonas y Mycobacterium degradan alcanos, monoaromáticos y poliaromáticos respectivamente.
Referencias
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